A la hora de buscar un nuevo empleo, los profesionales han dejado de priorizar la retribución económica por otros aspectos como el salario emocional y los planes de formación.
La forma de impartir la formación se ha transformado y adaptado a las nuevas necesidades, evolucionado hacia formatos mucho más dinámicos y distendidos.
El Consejo de Ministros ya ha aprobado la convocatoria de subvenciones públicas para la ejecución de programas de formación, dirigidos principalmente a trabajadores ocupados.
Se trata de una propuesta con una financiación que asciende hasta los 300 millones de euros, entre los años 2022 y 2024.
Desde el Servicio Público Estatal de Empleo (SEPE) han detallado que grupos profesionales tendrán preferencia a la hora de demandar estas ayudas:
- Trabajadores incluidos en un ERTE
- Trabajadores afectados por la activación del Mecanismo RED
- Menores de 30 años
- Las mujeres
- Mayores de 45 años
- Personas con discapacidad
- Trabajadores con bajo nivel de cualificación
- Desempleados de larga duración
- Trabajadores de pymes
- Trabajadores con contrato a tiempo parcial
- Trabajadores con contrato de duración determinada
Esta formación favorecerá tanto a los empresarios como a los trabajadores.
A través de este aprendizaje, cada uno de los empleados toma conciencia sobre la importancia de su puesto en la empresa, así como de su papel como parte de la cadena de valor de la compañía de cara al producto o servicio que venden a sus clientes.
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